Isora Castilla Rocha
Isora es músico y trabaja para el conservatorio y escuela superior de arte de Berna, y la escuela cantonal de Wiedikon en Zurich. Al mismo tiempo estudia su doctorado en la universidad de Berna.
Vida profesional
P. ¿Nos podrías explicar brevemente tu carrera profesional hasta el día de hoy?
R. Comencé a dar conciertos desde los 12 años en España, primero de música clásica (piano y violín), y después en mi adolescencia también con bandas de rock, música folk y de cantautores, incluso de heavy metal. En Suiza soy profesora de piano desde el año 2003, primero en el conservatorio de Zürich y desde el 2009 en el conservatorio de Berna. Fui correpetidora de canto y óperas, y como directora de orquesta dirigí la orquesta de Spiez seis años hasta 2020.
P. ¿Por qué viniste a Suiza?
R. Vine en el año 1998 porque un profesor me dio la oportunidad de estudiar en la Musikakademie de Basel y vivir con su familia. Al no tener medios (vine con 600 francos en el bolsillo!) fue una gran ayuda poder tener un lugar donde estar y estudiar con una persona que me avalara y ayudara (en aquel entonces era necesario tener un aval económico de unos 20.000 para poder estudiar aqui). En Canarias hay conservatorio y universidad, pero no especialidades de musicología y dirección de orquesta.
P. ¿Cuáles han sido los retos o desafíos más destacados hasta la fecha?
R. ¡Seguro que muchos de los que habéis tenido vosotros! El idioma fue un gran desafío: recuerdo que llegué con un libro de alemán y estudiaba pero no entendía, hasta descubrir que me hablaban en dialecto. Seguí estudiando hasta comprenderlo mejor, pero reconozco que, aun conseguido el C2, tardo horas en escribir un simple email sin fallos. La soledad y el frío fueron también un reto. Y el entender la investigación como una carrera de resistencia y no de velocidad es mi desafío actual.
P. ¿Cuál fue el detonante para iniciarte en la investigación musicológica?
R. Yo conocí a Antonio Robledo tocando en un homenaje, y me sorprendió la calidad de su música y lo desconocido que era para el gran público. Al fallecer él, decidí escribir sobre él e intentar que se conociera en más países. Estudiando Research of the Arts en la universidad, aparecieron más temas que creo merecen análisis y publicaciones, y ahí se prendió la mecha de la investigación en mí, ese ansia por saber más y encontrar respuestas (y más preguntas…).
P. ¿Cómo compaginas esta actividad de investigación con tu carrera musical?
R. Al principio era muchísima carga de trabajo, de lunes a domingo. Mi salud empeoró de tal manera que reduje mi presencia en muchos proyectos, dejé mi orquesta y me obligué a tener un día libre a la semana. Es ahora cuando he aprendido a compaginar: saber qué tareas y búsquedas son inmediatas o pueden esperar, hacer un calendario personal para preparar conciertos, establecer períodos de retiro para estudiar y escribir. Decidir qué vale la pena y si soy la persona adecuada para hacerlo.
P. ¿Consideras que las corrientes musicales españolas han tenido una influencia notable en la cultura suiza?
R. Esta es una pregunta complicada porque mi investigación no está terminada y hay muchas influencias que se escapan a mi entender. Con precaución diré que es muy posible: No sólo una generación de compositores como Martin, Schibler, Raff o Schäuble produjeron obras “a la española”, sino que el flamenco ayudó a muchos bailarines suizos a profesionalizarse y emancipar la danza en este país. Ni olvidemos que Lorca fue traducido y representado por primera vez aqui en Suiza!
ACECH y tú
P. ¿Cómo valoras tu experiencia como ponente en la última asamblea general de ACECH?
R. Mi experiencia ha sido muy positiva: he encontrado un círculo de personas inteligentísimas e interesadas en ciencia y arte con una ilusión nunca vista antes, que me han escuchado, se han identificado con el tema expuesto y han intentado conmigo desmembrar los entresijos del mismo.
P. ¿Qué te gustaría que ACECH ofreciera en el futuro?
R. Antes de hablar, escuché las ponencias y me asombró toda la diversidad de conocimiento y el empeño en encontrar, analizar, comparar y descubrir. Es para mí un ejemplo de humanismo, cuadrivio y trivio unidos que raramente se encuentra (y menos en nuestro país). Ya que es algo apreciado y difícil de encontrar, luchemos por que siga asi. Yo pondré mi granito de arena como voluntaria a partir de ahora.
Curiosidades sobre tí
P. ¿Si pudieras traerte algo de España a Suiza, que sería?
R. El buen trato y la simpatía de muchos españoles en la gastronomía y el comercio falta a veces en algunas zonas helvéticas, y creo que se podría “exportar”. Al igual que nuestras artes culinarias, por supuesto: seguro que habría un buen debate en torno al fondue con chorizo o sin chorizo, y se enriquecería el recetario helvético. Y lo más importante: la seguridad social, algo que Suiza perdió hace muchos años y ahora se ve que ha sido un gran error.
P. ¿Y de Suiza a España?
R. Me voy a atrever con algo arriesgado: la organización del poder ejecutivo en Suiza (el legislativo es ya muy similar) nos vendría muy bien: ministros y consejeros de todas las fuerzas políticas en el gobierno y traspasándose carteras, hacer política sin tanta remuneración, más control en los gastos, etc.
P. ¿Si tuvieses un superpoder, cuál sería? ¿Por qué?
R. No lo sé. Me gustaría tener el superpoder de la paciencia y la sabiduría para poder ayudar a los demás pero creo que ningún superhéroe lo tiene. Quizá algún maestro asiático?
P. ¿Dónde te gustaría estar en cinco años?
R. Me gustaría estar, simplemente, viva. El dónde no me importa.
P. Algún dato curioso sobre tí – no profesional
R. Me encantaba el ajedrez, y de pequeñita llegué incluso a jugar con Karpov en un torneo. Perdí pero estaba contentísima igualmente, porque nos regalaban… una ensaimada!
P. ¿Con qué persona famosa te gustaría cenar?
R. Me gustaría cenar con cualquier persona famosa o no famosa, seguro que con buena comida nos lo pasaríamos bien y nos reiríamos bastante. Aunque pensándolo bien, Barack Obama sería un buen acompañante para esto.
P. ¿Con qué animal te identificas y por qué?
R. Me encantan los animales acuáticos: los pulpos, delfines, ballenas, mantas y erizos de mar. Son animales de una belleza extraordinaria, casi mítica. Pero me identifico con un animal muy diferente: los perros salchicha, por su carácter afable y su afición a dormir.
Conclusión final
P. ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere venir a trabajar a Suiza?
R. Que se venga sin miedo e intente conocer a muchas personas de todas las edades, clases, origenes y trabajos posibles. Cualquiera puede echarte una mano inesperadamente o cuando más lo necesites, y siendo sinceros: siempre se necesita ayuda en el extranjero.